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¿Cuál es el plan de hosting que más se adapta a tus necesidades: Compartido, Dedicado, VPS o Cloud?

¿Cuál es el plan de hosting que más se adapta a tus necesidades: Compartido, Dedicado, VPS o Cloud?

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A la hora de comenzar el desarrollo de una página web, una de las decisiones más importantes que tenemos que tomar es el tipo de hosting que necesitamos para ella. El objetivo del proyecto, las características técnicas, el tipo de lenguaje que utilicemos en su creación o el tipo de aplicación que desarrollemos nos marcará el camino en nuestra elección.

Quien empiece en este mundo del alojamiento web puede verse en la coyuntura de no saber muy bien qué tipo de hosting elegir de entre todas las opciones que hay en la actualidad. Por este motivo y para orientaros en vuestra elección, en Hostalia os explicamos para qué está orientado cada uno de nuestros servicios de alojamiento.

 

Alojamiento compartido

Un alojamiento compartido ofrece una cantidad de espacio en una máquina física (servidor) donde hay hospedados proyectos de otros clientes. Es el tipo de hosting más común y está orientado a páginas web que están empezando o que no sean excesivamente complejas, como puede ser una web corporativa, un site personal, un pequeño comercio electrónico, etc.

Éste es el hospedaje más económico que nos podemos encontrar, ya que los recursos que se utilizan no son elevados. Otro punto a favor de los compartidos es que los usuarios no se deben preocupar de la gestión de su servidor, ya que de ello se encarga la empresa que le da el servicio, como puede ser Hostalia.

Nos podemos encontrar varios tipos de planes, que pueden variar en el número de GB de espacio web, cuentas de correo electrónico, transferencia web mensual… Si no sabes muy bien cuál escoger, una buena práctica consiste en empezar por un plan más básico, y a partir de ahí ir aumentando según vayas requiriendo un mayor número de recursos.

Clasificación de los alojamientos compartidos

A la hora de contratar un alojamiento compartido, podemos optar por dos opciones distintas dependiendo del tipo de sistema operativo que se utilice en el servidor. Así, al igual que ocurre en los ordenadores personales, los usuarios se pueden encontrar alojamientos Windows o Linux, cada uno de ellos orientado a un tipo de proyecto determinado, dependiendo del tipo de lenguaje de programación que se utilice para su creación.

Una de las principales incertidumbres que tienen los usuarios que se inician en este mundo a la hora de contratar el alojamiento es: ¿la elección de un hospedaje con Linux o Windows afectará al resto de clientes a la hora de ver la web? La respuesta es NO. Es decir, si te decantas por un hosting compartido Linux la web se verá correctamente en los equipos que utilicen Windows; y viceversa. Y es que el sistema operativo del alojamiento no influye a la hora de la navegación de los internautas, y la web se verá de igual forma tanto si utilizas Mac, Linux o Windows.

Dicho esto, pasemos a ver para qué está pensado cada alojamiento:

– Alojamientos Windows: Son hospedajes donde el usuario podrá subir proyectos creados con lenguaje de programación ASP y bases de datos SQL Server, aunque también se pueden hospedar proyectos creados en HTML o PHP con bases de datos MySQL sin problemas, siempre y cuando la empresa de hospedaje ofrezca esta posibilidad, tal y como ocurre en Hostalia

– Alojamientos Linux: Son hospedajes cuya principal diferencia respecto al tipo anterior es que no se pueden alojar páginas web creadas con el lenguaje de programación ASP.

El lenguaje de programación ASP es un lenguaje creado por Microsoft para el desarrollo de páginas web. Es parecido a PHP pero no funciona en servidores Linux. Depende del programador la elección del lenguaje que prefiera utilizar para el desarrollo de la web, ya que no se observan ventajas entre unos y otros.

Dentro de los compartidos nos podemos encontrar un tipo especial de hospedaje: Multiplán. Se trata de un servicio donde el usuario podrá gestionar más de un dominio desde un único plan, ideal para revendedores de servicios.

Una particularidad del Multiplán es que el usuario, a la hora de crear el alojamiento para cada dominio, podrá elegir si desea crearlo bajo una plataforma Linux o Windows, evitando de esta forma tener que contratar un plan multidominio para cada tipo de sistema operativo, lo que supone un importante ahorro de coste y una mayor comodidad a la hora de gestionarlos.

Quien se decante por un alojamiento compartido  tiene que tener presente que no podrá realizar cambios en la configuración de su máquina, ya que la comparte con otros clientes. Por ejemplo no podrías hacer cambios relativos al tiempo dedicado para la ejecución de un script (código de programación), megas destinados a la ejecución del script, activar determinados módulos del servidor…

Esto es debido a que cualquier cambio podría afectar al resto de usuarios, por lo que los clientes deben amoldarse a la configuración que por defecto establezca su proveedor. Si el usuario necesitara una configuración específica, tendría que pasarse a un servicio superior, como puede ser un servidor dedicado o un servidor virtual privado (VPS).

 

 

Servidor Virtual Privado (VPS)

 

El Servidor Virtual Privado (VPS) es una solución intermedia entre los alojamientos compartidos y los servidores dedicados. Este tipo de servicio funciona mediante el uso de varias máquinas virtuales dentro de una única máquina física (servidor), garantizando que ningún otro usuario pueda hacer uso de los recursos que han sido reservados exclusivamente para el cliente.

Para hacernos una idea, supongamos que Hostalia dispone de un servidor con un procesador de 4 núcleos, 500 GB de espacio web y 4 GB de memoria RAM; se podrían crear cuatro VPS independientes para cuatro clientes dentro del mismo servidor, cada VPS con un procesador de 1 núcleo, 125 GB de espacio y 1 GB de RAM.

Los VPS están pensados para proyectos que no necesiten todo el potencial que ofrece una máquina dedicada pero que no pueden funcionar en alojamientos compartidos, ya que necesitan más recursos de los que se ofrecen en esos planes; o bien para aquellos proyectos en los que se necesita la instalación de algunas librerías o programas para su funcionamiento. Un par de ejemplos para los que pueden ser recomendables los VPS.

– Supongamos una tienda online que tenga que ejecutar varias tareas todas las noches para actualizar sus productos. En un compartido este tipo de acciones no estaría permitido porque perjudicaría al resto de clientes (evitando así que algunos usen muchos recursos compartidos), pero en un VPS sí se podría hacer, ya que el cliente tiene asignados sus recursos que son independientes del resto de clientes.

– Necesidad de tener instaladas ciertas librerías para el buen funcionamiento de la web como pueden ser las librería cURL o SimpleXML de PHP. En un compartido no se podrían instalar, mientras que en un virtual el cliente podrá entrar en su máquina y realizar esta instalación.

El cliente dispone del control completo de su VPS mediante un panel de control para realizar las tareas más habituales, como la creación de cuentas de correo o gestión de bases de datos. También tendrá acceso a la administración del sistema operativo a través de consola para realizar acciones más complejas como la instalación de las librerías, actualización del sistema, etc. Si el usuario no tiene conocimientos de administración de sistemas operativos, siempre puede contratar los servicios que ofrece la empresa de hospedaje para estas acciones.

El principal inconveniente que nos podemos encontrar en este tipo de servicios es que los recursos que tengamos asignados no sean suficiente y nuestra aplicación web no funcione todo lo bien que necesitemos. Si por ejemplo el número de usuarios aumenta considerablemente y se observa que la web funciona más lentamente o se cae la máquina con cierta frecuencia, habrá que pensar en dar el salto a un servicio superior como puede ser la contratación de un servidor dedicado o bien apostar por un servicio Cloud.

 

 

Servidor dedicado

El concepto de hosting dedicado hace referencia a que el usuario dispone de un servidor en exclusiva para su uso, donde no comparte los recursos de la máquina con ningún otro cliente. Este tipo de servicios ofrece mucha más flexibilidad que un compartido, ya que el usuario tiene completo control sobre la máquina, y más potencia que un servidor virtual privado, ya que toda la RAM, disco duro y CPU estarán destinadas a las aplicaciones web ahí hospedadas.

Para hacer un símil, un servidor dedicado es lo mismo que disponer de un ordenador en nuestra casa, con la diferencia de que el servidor está ubicado en un centro de datos, que dispone de máxima seguridad para que todas las máquinas funcionen las 24 horas del día.

Por ejemplo, los servidores dedicados sirven para:

– Proyecto que necesite mucha potencia: como puede ser una web orientada al juego, o un sitio que vaya a recibir un gran número de visitas simultáneas.

– Tenerlo todo centralizado en vez de gestionar varios compartidos: el Dedicado es una buena opción para empresas que hospedan todos sus proyectos en un mismo servidor, en vez de adquirir un compartido para cada uno de ellos, como por ejemplo empresas de diseño que cuentan con muchos clientes.

Al igual que pasa con los VPS, el cliente tiene el control total de la máquina, siendo él el encargado de administrarla, aunque si no tiene conocimientos para ello siempre puede contratar algún servicio de este tipo que ofrezca la empresa de hospedaje, como ocurre con Hostalia.

Una limitación del servidor dedicado es que el usuario contrata la máquina con unas características, que luego se pueden quedar pequeñas o ser demasiado grandes para sus necesidades. Si no se sabe bien qué cantidad de recursos se consumirán, una buena opción es decantarse por un sistema Cloud.

 

 

Cloud

La computación en la nube (del inglés Cloud Computing) es un sistema basado en la virtualización, una tecnología que a partir de hardware físico permite ofrecer máquinas virtuales: “trozo” de CPU+ “trozo” de memoria RAM + “trozos” de disco duro.

Hay varias formas de diferenciar los tipos de modelo Cloud, siendo el que nos interesa el modelo de despliegue:

– Cloud Público: el usuario comparte la plataforma con otros usuarios. Lo habitual es que tenga flexibilidad para escalar recursos (a más o a menos) en cualquier momento y pague por lo que use.

– Cloud Privado: el cliente es dueño de una infraestructura, exclusiva para su uso. Ofrece un mayor nivel de seguridad y el pago es por los recursos que ha reservado (independientemente de si los utiliza o no).

– Cloud Híbrido: cuando un usuario dispone de al menos un Cloud Público y un Cloud Privado.

– Cloud Comunitario: se da cuando dos o más organizaciones implementan una infraestructura Cloud común.

Por ejemplo, la Nube es idónea para un comercio electrónico que en algún momento del año tiene un considerable aumento de visitantes y transacciones, como puede ser una agencia de viajes en verano. En este caso, el Cloud Público le permitiría aumentar rápidamente sus recursos durante los meses o días con altos picos de demanda para evitar que la web se caiga, y pagar sólo por los recursos usados.

También está pensado para empresas que demanden una gran cantidad de recursos TI, como puede ser un bufete de abogados que necesite guardar muchísimos datos y que estén muy protegidos. Por tanto necesitarán una infraestructura de Cloud Privado.

En caso de compañías que tengan negocios definidos y necesiten probar nuevos proyectos, el Cloud Híbrido puede ser una buena solución. Por ejemplo, una desarrolladora de software puede alojar todas sus aplicaciones en un Cloud Privado, y disponer de un Cloud Público para generar entornos de prueba de nuevas apps.

A partir de las definiciones genéricas nos podemos encontrar con infinidad de servicios y productos Cloud. Por ejemplo, Hostalia ofrece un Cloud Privado Virtual, donde el cliente dispone de su propia plataforma, compartiendo infraestructura con otros usuarios, siendo Hostalia la propietaria y la encargada de mantener dicha infraestructura.

De esta forma, cada usuario dispone del control total de sus recursos en un entorno aislado, sin la necesidad de afrontar elevadas inversiones iniciales. El modelo de pago por reserva de recursos, pero puede escalar a más cuando quiera.

Por ejemplo, si un cliente tiene contratados varios Servidores Dedicados, posiblemente le compense pasarse a un Cloud Dedicado. Con esto tendrá todos sus servidores bajo la misma plataforma, ganando en seguridad y ahorrando en dinero.

Entre los beneficios del Cloud podemos destacar la flexibilidad que da el hecho de poder desplegar servidores virtuales en segundos y gestionar tus propias imágenes de sistema operativo y plantillas. Otra ventaja es la capacidad de redimensionar los servidores ya existentes, bien en recursos de computación (procesador y memoria) o disco para almacenamiento. Igualmente, al tratarse de entornos virtualizados, es más fácil acometer una recuperación del sistema ante incidencias en el hardware.

Para cualquier consulta que tengáis sobre qué servicio elegir os invitamos a que contactéis con nuestro servicio de soporte que os guiará en la elección de la mejor opción.

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